El destape de la verdadera realidad educativa



 La pandemia y con ella la necesidad de aislamiento social generado por las cuarentenas que han decretado los diferentes gobiernos, ha obligado a las instituciones educativas a enviar a los estudiantes a sus casas y a establecer estrategias de educación a distancia fundamentadas en las realidades sociales de las familias que atienden. Esto de arranque mostró que la educación en nuestro país Colombia esta estratificada y es diferente para cada uno de los niveles sociales. 

Las instituciones educativas de estratos altos iniciaron este proceso sin ninguna preocupación, tan solo expandieron sus plataformas de e-learning para un trabajo continuo desde casa, algo que tiempo atrás ya tenían. Las de estratos medios se enfrentaron a la implementación de plataformas de e-learning o estrategias de vídeo-conferencias que condicionan a las familias al pago de la pensión que muchos no han podido realizar porque se han quedado sin trabajo mostrando una pobreza que ningún índice antes mostraba y que evidencia la necesidad de una educación gratuita. 

De otro lado, a las instituciones que se les volvió un verdadero reto fue aquellas que atienden a los estratos menos favorecidos, y que en Colombia son las instituciones oficiales, aquellas a las que el estado les tiene una deuda eterna en garantizar los recursos que aseguren un proceso educativo de calidad. Es de resaltar que el único recurso que garantiza el estado es el personal, por un lado, los administrativos que permiten el funcionamiento de las instituciones educativas con las uñas y por otro los docentes que, aunque están en condiciones laborales muy deficientes se entregan a su labor por pasión. Del resto de recursos como son los didácticos, tecnológicos y de infraestructura adecuados se puede señalar que no existen o están en condiciones deplorables. Ahora, con esta situación, a toda esta infinidad de problemas que afrontan día a día las instituciones públicas se le suma el reto de poder llegar a los hogares de familias que históricamente han sido olvidadas por el estado, familias que no cuentan con acceso a los servicios básicos que les permitan garantizarles una vida digna. Así las cosas, se ha tenido que recurrir a WhatsApp que se ha convertido en un problema para los padres puesto que muchos no tienen un equipo para instalarlo y los que sí, quedan en la encrucijada de comer o realizar una compra de datos.

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